domingo, 5 de octubre de 2014

"Las epidemias se declaran solas, no son un acto administrativo"....Gustavo Villasmil, director de Salud Miranda

ENTREVISTA | Gustavo Villasmil, director de Salud Miranda

"Las epidemias se declaran solas, no son un acto administrativo"

El funcionario regional indica que solo en la entidad mirandina se está hablando ya de 24 mil casos de Chikungunya, de ellos 8 mil que requieren hospitalización

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Villasmil señala que el Estado Mayor contra la Chikungunya "no servirá para nada"
EL UNIVERSAL
domingo 5 de octubre de 2014  05:09 PM
Médico internista y administrador sanitario, Gustavo Villasmil pertenece además a una familia de estudiosos de la medicina en Venezuela.

Desde 2008 se encuentra al frente de Salud Miranda, y desde ese cargo ha tenido que enfrentar lo que él mismo llama una "epidemia" de dengue y Chikungunya.

–En el caso de la Chikungunya el gobierno habla de 2 mil casos, pero otras fuentes dicen que son más de 80 mil y otras que se podría sobrepasar el millón de casos. ¿Cuál es la realidad?

–Esa cifra oficial es algo inaudito, eso no lo cree nadie. Lo que sucede es que, quiero pensar que por desconocimiento, el gobierno aplica el criterio de la biología molecular en el caso de la Chikungunya, y entonces pretende remitir todos los casos a un solo laboratorio.

–¿No es natural que ante una enfermedad nueva las autoriades se apoyen en un laboratorio especializado?

–No cuando existe una situación de epidemia

–¿Existe una epidemia de Chikungunya?

–Claramente

–¿Quién la declaró?

–Las epidemias se declaran solas, no son un acto administrativo. Estás ante una epidemia cuando aparece una frecuencia de casos de una determinada enfermedad en un sitio determinado que nadie esperaba.  Basta que aquí aparezca un caso de fiebre del nilo occidental aquí, por ejemplo, para hablar de un brote. ¿Por qué? Pues porque nadie lo esperaba. Y en situaciones de epidemia el dato de laboratorio deja de ser relevante. Cuando tú tienes fiebre, polialtralgia (dolores fuertes en las articulaciones) y exantemas (brotes tipo alérgicos en la piel), tienes 87% de probabilidad de tener Chikungunya. No se trata de embochinchar el diagnóstico, estamos siguiendo lineamientos de la OMS. Yo aquí, en este pequeño consultorio de Petare, ya he visto seis casos hoy antes de hablar contigo, y no son las diez de la mañana. Es gente que viene con fiebre caminando encorvados porque no aguantan el dolor en los huesos. ¿Qué voy a hacer? ¿Decirles que se esperen quince días a que estén listos sus exámenes? No, los tengo que tratar.

–¿También de dengue se puede hablar de epidemia?

–Claro. El año pasado, para esta semana, el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud hablaba de 33.947 casos de dengue, y la misma semana pero de este año se reportan 45.745 casos, un aumento mayor al 30%. El año pasado, a estas altura, quién declaró un solo caso de Chikungunya. Aparece un solo caso, yo ya tengo que asumir que existe un brote.

–¿El Chikungunya vino para quedarse?

–Claro. Si en veinte años no se ha podido acabar con el mosquito que transmite el dengue, muchos menos se podrá contra el del Chikungunya.

–¿Por qué?

–Porque el Chikungunya lo puede transmtir el aedes aegypti (el mismo del dengue) pero también el aedes Albopictus, y este último tiene una característica que lo hace especialmente temible y que plantea un reto gigantesco a las autoridades sanitarias, sin precedentes en este país: este mosquito transmite la enfermedad a su descendencia, sus larvas ya tienen inoculado el virus.

–¿Cuántos son los casos de Chikungunya hoy en Miranda?

–Las proyecciones nos hablan de alrededor de 24 mil casos, poco más de 8 mil pueden requerir asistencia médica.

–Se dice que en el país los casos podrían sobrepasar el millón...

–No sería raro que eso llegara a suceder. En República Dominicana se espera que al término del ciclo de la epidemia haya infectado al 60% de la población, nada menos.

–Eso en Venezuela significaría casi veinte millones de casos...

–Lo que pasa es que no todo el país es susceptible de padecer esta epidemia. Los estados andinos están prácticamente exentos de esto, por ejemplo. Aquí el núcleo, el corazón de esa enfermedad es la región central del país por razones de ecología local, temperatura, humedad, charcos, basureros a cielo abierto...

–¿Y qué se puede hacer?

–No hay vacuna para dengue o Chikungunya, así que solo se puede controlar el vector, matar mosquitos y matar sus larvas. Por eso el enfoque deja de ser epidemiológico y pasa a ser más ciudadano. Fumigar y abatizar (colocar abate, que es un larvicida, para controlar también las larvas del mosquito) casa por casa.

–Comenzó sus acciones el llamado Estado Mayor contra el Dengue y el Chikungunya...

–También hay un Estado mayor de la Salud. Eso no sirve para nada, los militares no tienen ni idea de salud, una vez en Baruta nos mandaron unos a fumigar y ni sabían manejar las máquinas y me las echaron a perder.

Mira, la mayor endemoepidemia que ha asolado a este país en su historia, la que muchos pensaron que convertiría a Venezuela en un cementerio, fue la malaria, el paludismo que está en las novelas de Miguel Otero Silva. Con esa epidemia acabaron los civiles.

Arnoldo Gabaldón fue un tipo más grande que Simón Bolívar, pero nadie habla de él porque era un civil, un médico. En 1914 el 20% de la población venezolana andaba temblando de malaria y la expectativa del venezolano medio no llegaba a los 35 años. En menos de una década, entre 1958 y 1963, Gabaldón acabó con la malaria y la arrinconó a la selva, primero que en la Unión Soviética, primero que en Italia. Eso lo hizo este país. 

Eso de la competencia militar es un mito que, por lo menos en Venezuela, nunca se ha demostrado. Los militares no saben de esto, créeme, ahí no hay capacidad técnica ni siquiera para reconocer la gravedad de un tema de salud pública. No tengo ninguna expectativa puesta en esa figura, será un parapeto más. Los mosquitos van a derrotar a los generales, porque los generales no tienen ni idea del enemigo que tienen enfrente.

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