Las enfermedades infecciosas
emergentes y reemergentes circulan con mayor celeridad en un mundo globalizado,
y llegan con mayor contundencia al encontrar su caldo de cultivo en los nichos
ecológicos –ambientes, vectores y población susceptible, con énfasis, en los
países tropicales en desarrollo. Muchas
de estas infecciones se manifiestan con expresiones neurológicas agudas y
severas como parte de su cuadro clínico y patogénesis, causando gran
preocupación y ameritar esfuerzo extraordinario por parte de las autoridades
sanitarias debido a su trascendencia social, repercusiones en el sistema
sanitario-asistencial y sus complicaciones y secuelas. Venezuela presenta en los actuales momentos y
desde hace ya varios años, epidemias por enfermedades vectoriales reemergentes
y emergentes tales como el paludismo, meningoccocemias, y
las recientes epidemias por Dengue,
Chikungunya y la infección por Zica que se manifestan en
muchos casos con encefalopatías, mielitis, meningitis, mono y polineuropatías,
síndrome de Guillan Barré y microcefalia. Además. Nos encontramos en una crisis
humanitaria y sanitaria sin precedentes que ha ameritado la vigilancia
internacional. Estas complicaciones neurológicas por enfermedades epidémicas
ameritan la mayor atención por los médicos del primer nivel de atención médica
y de los neurólogos.
