Enviado por el Dr José Félix Oletta López.
Asunto: Principales consecuencias de la reforma de la Ley de
Universidades
Citamos algunas de las atrofias con las que nace esta ley, además
inconsulta:
1. Subordina todos los órganos de la universidad al Estado
Docente, que planifica, desarrolla, regula, orienta, promueve,
supervisa, hace seguimiento, controla y evalúa las políticas,
estrategias, planes, programas y proyectos en todo el ámbito de
aplicación de la Ley.
2. La rectoría de la educación universitaria la ejerce el
ministro con competencia en educación universitaria, a quien otorga
todas las competencias imaginables e inimaginables como por ejemplo, la
nómina de los "trabajadores académicos", como pasan a llamarse
ahora los profesores.
3. Subyuga la autonomía a los planes de defensa de la Nación.
4. Elimina el Consejo Nacional de Universidades y lo suplanta por el
Consejo de Transformación Universitaria, correa de transmisión del
ministro "y los órganos del poder popular", cuya composición
"plural" crea tal número de cargos que le permite el control absoluto
del Gobierno.
5. Incorpora docentes externos a la universidad a los jurados de
concursos de oposición.
6. No habla de estabilidad del personal académico ni tampoco de la
presentación de trabajos de ascenso.
7. Crea un esquema asambleario como órgano supremo de la
universidad, del cual la autoridad rectoral es sólo el brazo
ejecutivo.
8. Ideologiza la investigación y la creación intelectual
proveniente de los postgrados.
9. Elimina al secretario general de la universidad y los decanos del
gobierno universitario.
10. Sentencia de muerte a las universidades privadas cuando deposita en
el Ejecutivo la suspension o revocatoria de autorización para operar
"por incumplimiento de las leyes, reglamentos y demás actos
normativos o por interés estratégico del Estado". (subrayado
propio)
Lo advertía el domingo el rector de la UCAB, José Virtuoso, esta
ley es una "absoluta aberración" y como tal, inaceptable, inaplicable
e inacatable.
Esta razones son más que suficientes para que la universidad como un
todo, estudiantes, profesorado, personal administrativo y obrero, como
siempre lo ha hecho, afronte una de las amenazas más grandes que haya
tenido en toda su historia, imponga la racionalidad sobre la brutalidad
y movilice sus enormes fuerzas para impedir que la barbarie vestida de
socialismo sepulte la razón, el conocimiento, la pluralidad y el
futuro.
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